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segunda-feira, 10 de setembro de 2007

Peteísta é mesmo sem vergonha!

Não tem palavra e hoje sabemos que não tem ideologia.


El nuevo discurso de Emir Sader
por Hugo Scotte


Vejam como é a reputação lá fora do nosso “filósofo” de araque, sr. Emir Sader. Vale a pena ler o artigo, começando por algumas pérolas desse sujeito. Este artigo foi publicado em fevereiro de 2006 no La Jornada do México e fazia parte da minha coleção sobre as opiniões desse grupelho de bandidos chamado PT.
Emir Sader, en Jornal do Brasil, diciembre de 2003:
En 2004, definitivamente triunfará la esperanza o el miedo. Habrá triunfado el miedo: Si Lula continúa pidiendo para ser juzgado al final de su mandato.(…)

Si el equipo económico continúa siendo el sector más importante del gobierno. Si continúa la opción de recortar recursos para las políticas sociales.(…)

Si Lula y otros miembros del gobierno siguen sin decir que el mayor enemigo del país es el capital especulativo y continúan, al contrario, agradando a esos capitales para que vengan y se queden, en las condiciones que ellos quieran. Si se continúa exhibiendo el superávit de exportación como el gran ejemplo de pujanza de la economía brasileña, mientras se sigue mostrando el superávit fiscal como prueba de seriedad del gobierno.(…)

Si Heloísa Helena hubiera sido expulsada del PT, señalando el fin del carácter democrático y pluralista de ese partido.(…)

Si la reforma agraria no hubiera dejado de ser una promesa. Si Brasil continúa gastando más dinero en el pago de los intereses de la deuda que con la salud y la educación.(...)


Parece que el Emir Sader de 2003 no es el mismo de 2005. Sus ideas se modificaron profundamente a partir del momento en que el Partido Socialismo y Libertad conquistó su legalización y destacadas personalidades y militantes petistas, entre ellas Plínio de Arruda Sampaio, rompieron con el PT y se integraron al P-Sol.

Desde entonces, el profesor Sader escribió varios artículos donde ataca duramente al P-Sol. Su principal argumento es que el partido hace el juego de la derecha. Para demostrar que esa afirmación es correcta, realiza una retorcida transformación de la realidad – que nada tiene que ver con el método de quien se reivindica marxista – para afirmar categóricamente que existe hoy en Brasil una confrontación entre la derecha y la izquierda, lo que significa un enfrentamiento entre la derecha y el gobierno de Lula.

En el artículo publicado con el título de Entradas, salidas y banderas en el sitio de la Agência Carta Maior (ver texto completo) afirma que muchos de los militantes que salen del PT y se integran al P-Sol no diferencian los gobiernos de Lula y Fernando Enrique Cardoso y plantean una “opción reduccionista de la polarización (determinada por Sader) entre gobierno y oposición y no entre izquierda y derecha”.

Según el profesor, “La coyuntura actual está caracterizada por la ofensiva de la derecha contra el gobierno de Lula y contra el PT, a partir de los graves errores cometidos por la dirección anterior del partido y por el propio gobierno”.

La realidad no es así. Si alguna cosa caracteriza esta coyuntura es la increíble traición del Gobierno de Lula y de la Cúpula del PT a las aspiraciones populares y a los compromisos históricos asumidos por el partido.

La quiebra política y moral del Partido de los Trabajadores no fue provocada por una ofensiva de la derecha, sino por el abandono de los principios políticos y morales, por su opción descarada por el neoliberalismo y por la corrupción.

Chico de Oliveira, en una conferencia en Rio de Janeiro, el 5 de diciembre, ha definido muy bien la esencia del gobierno: “El gobierno de Lula es un gobierno de derecha”.

Pero el profesor Sader habla de “errores”, en política se cometen errores - eso no es ningún crimen, aunque los errores a veces cuesten muy caros -, pero no existen “errores éticos”, no existe una ética relativa, sujeta a errores o aciertos.

Si hoy la derecha está a la ofensiva y pretende desangrar hasta la última gota al Gobierno de Lula, no es por causa de la “explotación” de esos supuestos errores por parte de las CPIs (Comisiones Parlamentarias de Investigación).

El origen de esa situación es el esquema de corrupción que, como un cáncer, se diseminó por el gobierno y el partido del gobierno, contaminando la estructura nacional de cuadros y manchando la última bandera que el PT todavía podía enarbolar: la de la ética en la política. Salió a la superficie, de manera escandalosa, la chocante realidad de las campañas electorales del partido y de su propia estructura, sustentadas por capitales fantasmas, ligados a negocios con el Estado y tal vez por otros capitales de origen más que dudoso.

La derecha no ataca al gobierno y al PT por causa de su política económica y social. Ocurre exactamente lo contrario. Eso explica que el PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña) y el PFL (Partido del Frente Liberal), no exijan la renuncia o el impeachment del presidente, ni la salida del ministro de Economía, ni siquiera del ministro de la Reforma Agraria. El gobierno de Lula no representa un peligro para la oligarquía brasileña, el sistema financiero internacional, ni el imperialismo. Los tucanes (integrantes del PSDB) y pefelistas (miembros del PFL) arremeten contra Lula para debilitarlo políticamente, para evitar su reelección y porque quieren retornar al gobierno y retomar las riendas del poder.

La polarización real

¿Cuál es la polarización o la contradicción real en el país? Un marxista mínimamente serio la definiría a partir de los antagonismos de clases enfrentadas. La situación actual se presenta como un enfrentamiento entre la burguesía y su gobierno - el Gobierno de Lula - por un lado y los trabajadores y el pueblo por el otro. El gobierno dirige una política económica neoliberal contra los trabajadores, los campesinos y el pueblo explotado. Pero de esta situación también se desprenden resistencias y ofensivas populares, como los 100 días de huelga de los profesores universitarios o la revuelta de la población y los jóvenes de Recife contra el aumento de los pasajes de transporte urbano. En el terreno político el nacimiento, la consolidación y el crecimiento del P-Sol forman parte de este proceso.

La política internacional de Lula

El malabarismo de Sader continúa cuando se refiere a la política internacional: “hay políticas que no se encuadran en la lógica neoliberal, aunque minoritarias, porque la política externa brasileña - aunque con problemas, como Haití – (el resaltado es nuestro) se constituye en una fuerza importante en la lucha por un mundo multipolar (de ahí el odio que suscita en la gran prensa y en la derecha en general).

Es lamentable que un intelectual como Sader, reconocido por su lucha contra el neoliberalismo y el imperialismo, afirme que la política brasileña en Haití es “un problema” De esa manera oculta la cruda verdad: en Haití el Gobierno de Lula tiene las manos sucias de sangre del pueblo más pobre del continente. La represión al pueblo haitiano sirve de moneda para intentar comprar el tan deseado escaño en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (sin derecho a veto, por supuesto).

La intervención militar en Haití muestra descaradamente ni más, ni menos, que Brasil forma parte del dispositivo de dominación política montado por el imperialismo de los Estados Unidos. No es casual que tanto la Secretaria de Estado estadounidense Condoleezza Rice, como el propio presidente Bush, hayan ratificado que Lula es su mejor aliado en un continente donde hay crecientes enfrentamientos con la política imperialista de la Casa Blanca.

La política de Lula no tiene nada que ver con la política de Hugo Chávez. Sader pretende mostrar al P-Sol como alejado de Chávez y de la revolución venezolana. No hay nada más falso y equivocado. El P-Sol defiende la política de integración continental del ALBA (Alianza Bolivariana de las Américas) y el gobierno de Lula se niega a apoyar esta iniciativa independiente y soberana.

Los ataques al P-Sol

Llegamos al anatema clásico lanzado por el inquisidor Sader: el nuevo partido tendría un discurso de ultra izquierda y una política de derecha: “votos y alianzas tácticas con la derecha por parte del P-Sol contra el gobierno - posiciones clásicas de ultra izquierda”.

Aquí comienza a aparecer más claramente el verdadero sentido del nuevo discurso de Sader.

Después de atacar el “fracaso” de la “operación de la candidatura de Plínio de Arruda Sampaio de agrupar para una ruptura en masa del PT”. El profeta Sader augura que los “compañeros valiosos” – que salieron del PT – “van a enfrentar un marco político e ideológico mucho más distante de lo que tenían en la relación con tendencias del PT como la Articulación de Izquierda y Democracia Socialista”.

Sader manda un claro mensaje para aquellos petistas que entraron y continúan entrando en el nuevo partido. No deben aceptar esa dirección, es necesario domesticar al P-Sol. Es preciso mantener la “unidad de izquierda” y para eso existen límites establecidos por el propio Sader: el P-Sol sólo puede existir como satélite del PT, sólo puede ser una especie de nuevo PCdoB (Partido Comunista do Brasil). Eso es lo que Sader quiere, un nuevo partido de izquierda domesticado, que no ataque al PT y que inclusive lo vote en las elecciones.

Pero para eso es necesario descalificarlo, acusando al P-Sol de “institucional” y “electoralista” (el PT puede participar de las elecciones, el P-Sol no debería). Pero no nos dejemos engañar por la retórica del profesor Sader y vayamos a la cuestión de fondo: lo que verdaderamente está en juego es el tema del segundo turno en las elecciones. Para mantener la unidad de la izquierda y enfrentar a la derecha, los militantes del P-Sol deberían apoyar a los candidatos del PT en la segunda vuelta, para tener la conciencia tranquila, para sentir la íntima satisfacción de que enfrentaron a la derecha, defendiendo un gobierno que no es de izquierda pero es atacado por esa derecha… y para merecer la aprobación de los nuevos profetas del New PT, que permiten geberosamente la existencia de una izquierda domesticada e impotente.

El P-Sol quiere la reunificación de la izquierda verdaderamente consecuente. Reconoce que hay muchos militantes valiosos en el PT. Pero para ser realmente de izquierda, para ser realmente consecuente, es necesario enfrentar a ese gobierno. La izquierda socialista no puede tener nada en común con un partido que mantiene, reproduce y profundiza el neoliberalismo.

Pero Sader sigue insistiendo: “el PT continúa siendo el mejor espacio para esa acumulación, la fuerza más importante de la izquierda - de su capacidad de contribuir para levantar esas banderas depende inclusive el futuro de otros sectores de izquierda, que dependen de un PT y de una izquierda fuertes y firmes en la lucha antineoliberal, por lo que deben colaborar y no actuar en contra. Porque lo que queda no son las entradas y salidas - son las banderas”. Una afirmación totalmente fuera de la realidad.

El PT de hoy es incapaz de llevar adelante el combate contra el neoliberalismo, porque el Gobierno de Lula - el actual, el único que existe, - aplica en todos los frentes, la política neoliberal.

La izquierda, el pueblo, el P-Sol, no deben colaborar con ese partido que sostiene a un gobierno neoliberal y que intenta reelegir a Luiz Inácio Lula da Silva como Presidente de la República.

El pueblo brasileño tiene derecho a buscar otros caminos, de participar de otras experiencias, de votar en otros candidatos que enfrenten de verdad al neoliberalismo. Ese pueblo que supo combatir la dictadura y construir instrumentos de organización independientes, de clase, tendrá en el P-Sol una referencia y un espacio de participación política. En el 2006, la candidatura de Heloísa Helena se presenta como la verdadera opción de izquierda y antineoliberal. El Partido Socialismo y Libertad está siendo construido como una herramienta de lucha contra el neoliberalismo, pero también por el socialismo y la libertad.

No pierda su tiempo, profesor Sader, el P-Sol no es una especie de parásito que se alimenta del PT. Tal vez sea mejor dejar la arrogancia de lado e intentar entender - y aceptar - la realidad.

En una cosa estamos de acuerdo: “lo que queda no son las entradas y salidas – son las banderas”. Sólo que el partido que usted defiende quedó con las banderas enlodadas, olvidadas. El P-Sol las enarbola y se organiza alrededor de ellas: independencia de clase, antiimperialismo, solidaridad, socialismo y libertad. Son esas las banderas que la verdadera izquierda empuña y ellas flamean agitadas por el viento de la Historia.


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